Retrato De Una Rosa Con Espinas
-No es que pretenda ser diferente- Helena suspiró, resignada y con expresión de hastío, ante aquella frase que había escuchado ya tantas...
No conozco suicida más exquisito que un poeta. Avivar la herida y usarla como tinta, podría considerarse una eutanasia. Pero le llamamos poesía porque, lejos de matarnos, nos hace sentir vivos. Y eso es un arte.