Quédate
Quédate, donde agoniza el otoño, Hazte verano, donde las golondrinas huyeron; Siembra un capullo de primavera En mi corazón, que ya se...
No conozco suicida más exquisito que un poeta. Avivar la herida y usarla como tinta, podría considerarse una eutanasia. Pero le llamamos poesía porque, lejos de matarnos, nos hace sentir vivos. Y eso es un arte.