Mariana Escobar
Arcanos En El Alma

Y te temo,
Porque veo resplandecer en tus ojos
Una llama que hace eco de mi propio fuego;
Como una correspondencia, no de almas,
Sino de brasas del mismo incendio
Plumas al viento, de diferentes alas,
Que se encuentran, no obstante, bajo el mismo vuelo
Te temo,
Por tu capacidad de leer en mi alma
Como si se tratase de un libro abierto;
Porque no te es desconocido el brillo de mi mirada,
Aunque ésta se encuentre clavada en el suelo
Como si pudieses adivinar, en el rubor de mis mejillas,
Los colores que pintan mis pensamientos
Te temo,
Porque, desde que has llegado,
Danzan en caos creciente mis agujas del tiempo;
Tejiendo segundos deprisa, cuando estás a mi lado,
Descosiendo mis horas despacio, cuando no te veo
Zurciendo ansias, como en un bucle
Que baila entre la esperanza y el desconsuelo
Te temo
Porque mi corazón palpita desaforado
Cuando siente tu presencia, a lo lejos;
Porque el roce de tu mano me ahoga en espasmos,
Y tu voz deshace en mi boca los rezos
Y porque ofreces incienso extraño
En el altar puro de mis sentimientos
Sí, estoy temblando de miedo
Atrapada entre el embrujo de tu sonrisa de Arcano,
Y tu antifaz que oculta los trucos más arteros;
Sin discernir qué camino me lleva a Elíseos Campos,
Y cuál a la escalera descendente del infierno
Mientras navego con Caronte en su barca,
A punto de enfrentar el destino más incierto
Por lo pronto, decido seguir huyendo,
Batiendo mi alma en vergonzosa retirada,
Dejando a retaguardia mis más profundos anhelos;
Que es mejor decir adiós a un dudoso paraíso,
Que arrojarse a voluntad al calcinante tormento
Y, entonces, te sigo mirando
Y tú me sigues sonriendo
En los oscuros rincones de este tablero,
Donde bailamos este extraño vals
Yo, reina blanca; tú, misterioso rey negro;
Jugando a poner en jaque tus avances,
Apostando el alma en cada movimiento
Porque quizás sea verdad que te amo,
Pero también es verdad que te sigo temiendo;
Y mientras no destapes tus cartas,
Mientras te ocultes tras una máscara
Yo me esconderé, a mi vez, en mi muro de hielo