Mariana Escobar
Agelasta

Cerraste los ojos,
Para abrir la mirada
Donde reina el silencio,
En pétrea morada
Y caen tus pétalos de seda,
Como flor deshojada,
Salpicada del rocío
De mis copiosas lágrimas
Que fluyen, como el Estigia
De mi faz a tu frente pálida;
Anegando, en mi tristeza,
Tu lecho de concha nácar
Te has ido,
Y mi voz ya no te alcanza;
Tu cuerpo se entrega al frío,
Donde mi llama no te abraz(s)a
Cual Perséfone en agonía,
Entre semillas de granada,
Que al Hades se ha llevado
La primavera de mi esperanza
Hoy tu cruz me abre los brazos,
Pero no puedo estrecharla;
Y me besa la mejilla
(Como antaño tú lo hacías)
Tu nombre en piedra tallada.