“Don’t tell me the moon is shining; show me the glint of light on broken glass”
Anton Chekhov
¿Puedes ver la cara oculta de la Luna?
Ella te mira, y se esconde,
Para que no veas su locura
Para que no sucumbas a su caos,
Para no teñir tu luz de su aura oscura;
Para que dejes de seguir sus pasos
Como el toro que mira, desde la penumbra
Porque sientes su mirada convulsa,
Y no notas que la tempestad de su alma
Esconde la calma frágil de la laguna
Pues lleva un lienzo de galaxias sonrosadas,
Y estrellas fugaces, teñidas con pintura;
Escondidas bajo una sonrisa enamorada,
Y difuminadas en sus pestañas nocturnas
Hasta que pueda sembrarlas, una a una,
En un cielo que cobije su esperanza,
Y un universo que no eclipse su ternura
No, que nunca la has visto
No, que no conoces la Luna;
Sólo un cromo de plata en tu álbum de niño,
Una galleta con huecos que te mira, ceñuda
Que te visita en las noches, aunque haya bruma;
Y te mira, insistente, desde una cortina de nubes
Creciendo en corrientes, o menguando en su furia
Pues ha comenzado la vendimia,
Ya fluye la sangre en las venas de las uvas;
Mientras tú yaces, entre praderas dormidas,
Sin saber que la tierra del corazón ya está madura
Y ella sigue danzando, plena y taciturna,
En la noria de sus sueños gitanos,
En la órbita celeste de la rueda de la fortuna
En un nadir de hollejos prensados
Y despojos, salpicados de plasma púrpura;
Como cadáver de un amor en solitario,
Como un vino picado de ilusiones truncas
Como un veneno de frutas,
Agusanado por ausencias y silencios,
Avinagrado por caricias mustias
Sí, se ha terminado la vendimia;
Sí, se ha vuelto a ir la Luna
Gira ya en su eje, en nueva travesía,
Sorda a tus palabras; a tus inquietudes, muda
Porque añejada está la duda;
Y en los barriles del tiempo,
Ya no caben más preguntas
Porque no hay vino en las estrellas,
Sólo las gotas blancas de la Vía que le acuna;
Y porque aquella Luna plateada de poeta
Ha decidido pintar versos con una nueva pluma