Morir de amor, o morir de miedo;
Entregar la piel del corazón
Al fuego cruzado de dos infiernos
Elegir con tacto la daga,
Tomar a conciencia el veneno;
Matando toda esperanza, a traición,
Mientras se posa en su mejilla un beso
Morir de amor en la agonía,
En el dulce sufrimiento
De una herida que, a cuenta gotas,
Desgasta cada sentimiento
Como el dolor que causa la rosa
En el campo de nuestros desvelos,
Cuando tiñe con sus espinas el llanto
De nuestros ojos, en tono bermejo
Morir de miedo, entre las sombras
Del “hubiera” y el desasosiego;
Con una eterna pregunta en los labios
Que no se hace eco en el viento
Ardiendo en el fuego fatuo
De aquel anhelo insatisfecho
Por abrir las alas al infinito,
Con las raíces ancladas al suelo
Y deshojo mil margaritas,
Antes de sucumbir al tormento;
Pétalo a pétalo, desgarrando
La pobre ilusión que llevo en el pecho
¡Qué difícil tenerte tan cerca!
¡Y al mismo tiempo, sentirte tan lejos!
Y así se consumen mis horas,
En el altar de lo incierto
Cuántas cosas aún diría,
Pero no me atrevo;
Que aún tengo apostada el alma
A la suerte de un trébol negro
Porque no me decido a morir por amor,
Y mientras tanto, muero de miedo;
Con una cruz clavada en mis ansias
Y una corona de cardos en los cabellos
Elevando mi boca tu nombre,
Sílaba a sílaba, en todos mis rezos,
Como dolorosa plegaria
Que vuela en la brisa, con olor a incienso
Pues no sé vivir de amor,
Quizás sólo sé vivir con miedo;
Apostatando a la sombra de un cactus
Mi peregrinaje por tus desiertos
Para que no me duelas tanto,
Para matar este amor por dentro
Y para dejar de nombrarte
En la voz de estos simples versos
Gracias, mi querida María. Creo que siempre hay una línea que separa el miedo de la prudencia, y también del valor frente a la temeridad. Los límites, sólo la vida nos los enseña. Yo suelo apostarle a morir de amor, pero confieso que, en ocasiones, es preferible morir de miedo. Gracias por tu cariño, de verdad que hablarte por aquí es algo sumamente especial. Gracias infinitas 😘😘😘😘😘😘😘
Que penita cuando decidimos que gane la partida el miedo, cosa que tanto en la vida como en la poesía ocurre tantas veces!!!!un poema maravilloso Mariana!!!besos