
El Alquimista
Necesitaba un corazón de alquimista... Aquel que en ella supiese encontrar la magia,
Aún en medio de su inconsistencia intrínseca;
A pesar de su humor anfotérico
Y de su siempre creciente entropía;
De la breve transición de Reynolds que necesita su alma
Para pasar de la turbulencia del llanto,
Al régimen sereno y laminar de la risa…
Que hubiese podido descubrir la soledad que ocultaba
La aparente suficiencia de su valencia completa y definida;
Que hubiese querido ver el amor